En alguna oportunidad escuche que quienes siembran árboles perduran en la eternidad y hoy me permito interiorizarlo,
porque quienes lo hacen o nos invitan a hacerlo están pensando en el futuro de los demás.
Laura Ramirez, madrina
Generando oportunidades
Como surgió todo
Habitantes del departamento del Guaviare han sido afectados por la presencia de grupos irregulares y los efectos de las economías ilegales durante muchos años. Sin embargo, aún en las situaciones más complejas, la esperanza en un futuro sostenible no se ha perdido en sus pobladores.
Con recursos provenientes de cooperación internacional y el conocimiento técnico aportado por centros de investigación se materializó hacia 2015 un plan de sustitución de cultivos ilícitos a través del cultivo del caucho, una especie que se adapta muy bien a las condiciones de la región amazónica, no genera problemas de invasión y que una vez alcanza su madurez provee un subproducto que puede ser extraído y comercializado durante muchos años.
Un árbol de caucho necesita un promedio de 6 años para que de su corteza pueda obtenerse el látex, una materia prima importante para la fabricación de productos como las llantas y los guantes, razón por la cual es una sustancia con gran demanda en los mercados internacionales.
Sin embargo, las dificultades comenzaron a aparecer pues durante el tiempo de crecimiento de las plantas, los cultivadores deben encontrar otras alternativas para generar ingresos. Es por ello que en algunos casos se han talado los árboles con el fin de liberar el espacio para otras actividades ajenas al entorno de la zona, como la agricultura, la ganadería o la misma reaparición de cultivos ilícitos. Estas actividades afectan gravemente el equilibrio del ecosistema y amenazan con disminuir la capacidad de absorción de CO2 emitido en las grandes urbes.
Preocupados por el avance de esta situación, hacia finales de 2016 se crea la Corporación Huella Verde, teniendo como socios fundadores personas provenientes de la región. Una de las principales actividades tiene que ver con la adopción de árboles de caucho, buscando conectar las personas que están en las ciudades pero que no saben de técnicas agrícolas con los campesinos de la región a quienes se les genera un compromiso de cuidar y preservar los individuos arbóreos durante un año. Más de 200 árboles han sido apadrinados y aún quedan muchas hectáreas por mantener.
La Corporación es una entidad sin ánimo de lucro que anualmente debe renovar su clasificación dentro del Régimen Tributario Especial ante la Dirección de Impuestos Nacionales, por lo cual se deben presentar los estados financieros que garanticen la transparencia en el manejo de los recursos recaudados por la iniciativa «Apadrina un árbol».